Murcia, septiembre 2006
Deber de memoria (2004-2007) es una serie de performances time/site-specific que tratan el tema de la memoria en contextos concretos.
En la cuarta performance de la serie, realizada en Murcia, me centré en la batalla del Ebro, la última gran ofensiva del ejército republicano para contener el avance imparable de las fuerzas rebeldes franquistas, a la espera de que llegara apoyo internacional que permitiera invertir el curso de la guerra. Esta performance también está relacionada con mi propia memoria histórica familiar –o, mejor dicho, con la falta de ella- ya que mi familia paterna provenía de aquella región y mi abuelo paterno desapareció junto al Ebro durante la guerra. Mientras explicaba el curso de la batalla, la más sangrienta y desgastadora de la guerra española, iba construyendo un casco con cartones y venda de yeso. Iba siguiendo un libro que describía día a día la batalla. Al llegar al 29 de septiembre, con la firma de los pactos de Munich, el gobierno español supo con total seguridad que había perdido la guerra. No obstante, la guerra en el frente del Ebro se mantuvo hasta el 16 de noviembre, en que se replegó a sus posiciones anteriores, después de 45 días de resistencia heroica pero inútil, en una batalla que duró 115 días y se cobró unas 110.000 víctimas de ambos bandos, entre muertos y heridos. Mientras iba hablando de estos últimos 45 días, iba arrancando una a una las hojas del diario de la batalla, entre el 1 de octubre y el 16 de noviembre de 1938, abandoné la sala, me quité el casco y quemé las hojas de esos días de derrota anunciada.